Monday, May 12, 2008

Guerras Inc.

Los conflictos armados no son empresas diseñadas para demostrar el valor y heroísmo de un pueblo, o para recobrar el honor perdido de un país. Esos elementos, que podrían parecer indispensables en nuestro estudio, son los menos importantes. La empresa de iniciar una guerra, requiere como principal elemento tener una excusa para agredir, y no importa que esta excusa sea insignificante y ridícula, una vez que la empresa de iniciar una guerra se ha empezado, esta insignificante excusa se convertirá en doctrina y luego en un importantísimo asunto de estado. En esto colaboran muchos actores, siendo el principal de ellos los medios de comunicación masiva. Por ejemplo, en la guerra de Estados Unidos con Irak, esta empresa se inicio con el ataque a las Torres Gemelas por parte de un grupo terrorista que nada tenía que ver con Irak, sin embargo sirvió para que los ánimos se exacerbaran. Los ciudadanos estaban nerviosos y tenían que desfogar mediante una agresión convencional, una guerra a gran escala en donde el heroísmo y el honor del pueblo se pudiera demostrar. Inmediatamente los promotores de la guerra pensaron en Irak, a pesar de que Al Qaida y su líder Bin Laden estaban en Afganistan, los promotores buscaron una presa mayor, un país que mas organizado que la tribal Afganistán y que pueda responder agresivamente en los años venideros.
Para atacar Irak se creo el mito de que ese país tenia armas nucleares, ridículo y estupido. ¿Quien corre el riesgo de atacar un país que tiene armas nucleares? Desde el inicio estuvo bien claro de que se trataba una vez más de una guerra inventada por los empresarios de la guerra. Los fabricantes de armas y sus lobbies se encargan de mantener la ilusión de que la guerra es necesaria para la seguridad de los Estados Unidos, y que por heroísmo y honor del país se tiene que continuar, mientras los ciudadanos invertimos nuestro dinero que una empresa que no nos otorga ningún tipo de beneficio. Mientras tanto el presupuesto para mantenerla crece día a día, y los empresarios de la guerra se incrementan sus cuentas bancarias.

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