Tuesday, August 21, 2012

LECTURAS EN LONDON

 

LECTURAS EN LONDON


Londres, Agosto 7, 2012


El departamento en Hatton Garden me aguardaba con una inusual sorpresa. Está ubicado en el corazón del distrito joyero y diamantero de Londres. Los rayos del sol, cuando sale en el verano londinense, se reflejan en los cortes de los diamantes exhibidos en las vidrieras de las joyerías. Muchas damas con sus parejas husmeando en las vitrinas buscando la piedra nueva, el brazalete, el anillo o el collar que la hará sentirme bella. Después de todo “Diamonds are women best friends.” La sorpresa en el departamento es la diminuta, y extremadamente selecta biblioteca. Durante los días que pase allí, visitando la ciudad y celebrando los juegos olímpicos, leí cuatro libros.

Yo recuerdo que fui un lector ávido y fanático, leía de todo, y hasta releía, cada relectura era un descubrimiento nuevo, una conclusión nueva sobre tal o cual personaje, pero esos tiempos ya quedaron atrás, por tiempo, y por el desarrollo de otras actividades, uno va dejando la lectura sin darse cuenta. Es que leer es una actividad egoísta, lo absorbe a uno en sí mismo. Lo aparta a uno de la sociedad, lo vuelve ermitaño y desconectado con la realidad cotidiana. Y lo que es peor, lo vuelve a uno snob.

The Uncommon Reader, por Alan Bennett (2006), es una novela corta, y mi primer descubrimiento. Es una novela corta, y apasionante, y hasta filosófica. En los jardines del palacio de Buckingham, la reina ( Queen Elizabeth), descubre un día mientras paseaba a sus perros la biblioteca itinerante, ella no sabía al principio que podría hacer allí una vagoneta. Uno de sus cocineros, Norman, lector y homosexual le explica de que se trata, y le recomienda un libro. La reina, lo lee, y comienza a reflexionar sobre la vida, y su vida también. Después del primer libro, vienen muchos más. Tantos que el primer ministro empieza a preocuparse, y se vuelve un asunto de estado. La reina está leyendo, ¿para qué? ¨ ¿Por qué? Se preguntaban. La reina no necesita leer. La reina necesita reinar, y estar presente para sus súbditos y administrar el reino. Y como comente, la lectura lo vuelve a uno snob, un creído, solamente por leer libros. Es así como la reina comienza a interrogar a su primer ministro, y a su cabinete si conocían tal o cual libro, o si recordaban el personaje de Proust. Todo un escándalo que estaba a punto de tener consecuencias mayores. “` ¡es posible que la reina lea!!”, absorta en sus lecturas, le dedicaba menos tiempo a su trabajo de gobernar, de atender a los eventos sociales, de saludar a sus súbditos.

Hasta que un día la reina reflexiona, y decide que leer no es suficiente, escribir es la meta real y única y duradera más allá de la vida terrenal. Informar a su cabinete sobre su decisión de escribir no sus memorias “sino una novela que podría ser literatura”, provoco una conmoción total. Como la reina va a escribir le recriminaron, no es su trabajo, no es su labor, y tendría consecuencias impredecibles. A esto último, le doy la razón al cabinete, escribir trae consecuencias, no por algo, la escritura fue considerada magia en algún momento. The Uncommon Reader, un libro que recomiendo.